Narrativa
El sabor de la madera
ISBN 978-84-934440-4-4
La novela puede resultarnos amarga: como un segundo gris tras un minuto de brillo, como una risotada oculta o como un largo silencio de humor. De la dicha a la desdicha; del sabor al sinsabor. En esa encrucijada se mueve el personaje. Algún lector reconoce ese juego o los líos y fracasos sobre los que se va construyendo su existencia: de error en error, sin llegar a alcanzar lo que quiere: ¿el sueño burgués de placer infinito? Ahí entra la aflicción o el disgusto: en la construcción del personaje, que siendo reconocido nos sorprende y lo hace al conseguir alcanzar con sus estupideces una dialéctica de búsqueda. Y para ello, antes que la definición de su sabor, está la máscara, y con ella es con la que persigue definir su sabor. La idea de máscara nos recuerda a aquel verso de Dylan Thomas con el que nos anunciara Julio Cortázar la lectura de El Perseguidor: “Oh make me a mask”. La máscara en un primer momento, nos hace entender una intención humorística para olvidarnos de la soledad: la soledad de una voz que transita como desconocida voz y termina sonándonos muy cerca. Tras la máscara, tras el amargo sabor de la madera hay una persecución, una búsqueda cuyo objetivo será -quizás- alcanzar su auténtico sabor. Juan Carlos Toribio Fernández. Poeta. Lecturalia
Nombres propios
ISBN 978-84-96055-48-5
Conjunto de relatos de desigual extensión e intención. Cada uno de ellos se titula con el nombre de su protagonista. Todos quedan unidos por un tono humorístico que dibuja un rictus de tristeza entre sus líneas.
Amor, sexo, fama, diversión, el ser humano con su movimiento pendular entre las lecciones de Epicuro y las pautas de los estoicos.
Tarjetas de visita
Registrado con Depósito Legal
Sus personajes podrían transitar las páginas de Nombres propios, quizás este conjunto de relatos se distinga por un tono más irreverente, por su mayor cantidad de relatos cortos y su insistencia en que bajo los setos impecables de mansiones limpias y, en apariencia, ordenadas, transcurren a veces aguas venidas desde las alcantarillas de una condición humana tormentosa.